De todo el conjunto de instrumentos que se han ido registrando en el tiempo como pertenecientes a Torres ni siquiera existe una información determinante, en algunos casos, como para certificar su estricta autentificación. No obstante la más elemental de las prudencias induce a mantenerlos inventariados. La inexistencia de un Catálogo Razonado de la obra del Maestro obliga necesariamente a referirnos a un imaginario Gabinete Armónico, en el que habría que descubrir tanto las plantillas, la técnica o los gestos constructivos de los guitarreros contemporáneos que torres copia o transforma en sus inicios, como a sus propios modelos o los perpetuados por sus talleres o su escuela.
Estamos pues ante una obra de patrimonio instrumental compleja, dilatada en el tiempo por la persistencia de sus ejemplares, y que ha legado piezas que podrían calificarse ya como históricas y propuestas de su última época de trabajo que están demostrando su vitalidad y su actualidad en el uso musical.
Tratar de ordenar el conjunto de la obra de Torres no es un empeño nuevo, puesto que comienza desde el momento mismo de su fallecimiento en Almería (1892) por autoridades en la música como fueron Tárrega y, posteriormente Emilio Pujol o Domingo Prat. Desde su posición de concertistas, propietarios de instrumentos Torres e incluso en el caso de F.Tárrega, clientes. Estos autores asumieron una responsabilidad y gozaron del privilegio de describir los logros y las facetas del maestro. Hay que otorgarles, pues la categoría de historiadores y cronistas relevantes en este tema.
Una mirada en perspectiva desde las teorías que informan esta época, el nacionalismo, su defensa a ultranza de la tradición nos desvela que tanto Tárrega com su alumno Pujol habrían encontrado en la obra de Torres, incluso en la propia figura del artesano, un arquetipo perfecto para encarnar el míto del origen. Desde esta actitud hay que descifrar la paradoja de la Leona, una pieza en la que estos ilustrados querían ver representado el origen más cierto de la guitarra española.
El anuncio del concierto de Javier Riba, con música de Albéniz homenajeando su centenario, se ha anunciado ya para el próximo certamen del concurso internacional de guitarra "Julián Arcas". Como interés añadido, hemos tenido, noticia que este excelente concertista pulsará la réplica de la Torres SE 153 sellada en Almería el año 1892.
La subida al escenario de este magnífico instrumento, construido en Granada por John Ray, devolverá una mirada especial al patrimonio histórico del guitarreo almeriense Antonio de Torres, prolongado y actualizado desde esta copia de gran calidad
JOHN RAY
El reto de poner en primer plano el modelo ultimado del maestro Torres, contenido en las mejores piezas de su "Segunda época" ha tenido igualmente una respuesta de altura en las intenciones del gutiarrero Juan Miguel González, que ya ha desvelado a la prensa su trabajo iniciado de la copia del original Torres 1888 (SE 114) sellada igualmente ne Almería y propiedad en su día de Francisco Tárrega. Un homenaje particular del mundo de la guitarrería en otro centenario, simultáneo, el del Genio de Villarreal, que contó en el cénit de su carrera con este instrumento "fuera de serie" a la medida de su virtuosismo.
JUAN MIGUEL GONZÁLEZ
La copia de la guitarra debida a John Ray ha podido materializarse gracias a la cortesía de Carles Trepat, que prestó el original de su propiedad, la Torres SE 153
La SE 114 auténtica, está hoy en la colección de Sheldon Urlik, EE.UU. y se podrá copiar gracias a la excelente toma de datos que contiene el plano de la Guild of American Luthier debido a Jeffrey R. Elliott
Dos piezas significativas de la etapa experimental que concluye Antonio Torres en Almería, antes de su consagración como constructor, marcan el inicio de un itinerario que culminaría en la realización de la PLANTILLA ULTIMADA con la guitarra conocida como La Leona y el prototipo de la guitarra de cartón.
Independientemente a sus detalles constructivos y a la disposición de la estructura interna, un detenido análisis de formas nos revela la condición plenamente armónica, arquetípica, de un halo autónomo de su diseño, oculto en la trama de estos dos magníficos modelos de guitarra.
Con un denominador común, el tiro de encordadura o diapasón, ambos instrumentos difieren notablemente el uno del otro, y será la unión selectiva de las cualidades de ambos lo que conformará el canon marcado por Torres en su propuesta última de la guitarra ideal, ya desde su magisterio en Almería.
Si las proporciones de La Leona han sido tratadas y divulgadas en el tiempo por autores como Fritz Bueck, Gerhard Oldiges, J.L Romanillos o Javier Suares-Pajares entre otros, de la guitarra de Carton parece haberse excluido este análisis, pese a la bellísima trama que muestra este instrumento histórico.
De la comparación de ambos modelos puede notarse a simple vista su distinta RELACIÓN de APLASTAMIENTO expresada por el cociente entre la longitud máxima de la caja y una fracción constante del ancho máximo (el bulbo bajo).
Este tamaño relativo entre las dos guitarras con la cota del TIRO igualada nos da como resultado una posición del puente sobre el eje longitudinal del resonador absolutamente distinto en los dos diseños: El borde inferior del característico puente de La Leona está situado con gran precisión a 1/4 de la longitud de su caja mientras que, en el caso de la guitarra de cartón es el borde alto del puente el que está fijado a 1/3 de la longitud de su caja. Al final, será esta particularidad la que sobreviva en el modelo ultimado de Torres pero, sorprendentemente con el resto de las proporciones de La Leona.